ellos se lo pierden

Drástica reducción de cupos y días de pesca para el salmón en Galicia

Los casi 90.000 cañistas gallegos tendrán a finales de este mes una orden de vedas más restrictiva que la del 2009. Podrán pescar menos, porque lo dice la Xunta y porque salmones y truchas escasean en ríos donde la

excesiva extracción, los obstáculos o la contaminación han llevado al colapso piscícola y no se recuperan. El salmón atlántico ha vuelto ha tocar fondo, peligra su viabilidad como especie y para el 2010 se recortan cupos y días hábiles de pesca, lo que retrasa la temporada del Eo. Los aficionados se centrarán en la trucha y en especial en los ríos lucenses, los más productivos.
Constatada la inutilidad de repoblar con trucha foránea arco iris, que solo sirve para entretener a algunos aficionados, las Administraciones siguen trabajando a salto de mata. Escasean los fondos para regenerar lechos y riberas, limpiar los cauces o vigilar y favorecer la diversidad del hábitat, según se puso de manifiesto en unas recientes jornadas organizadas por la Federación Galega de Pesca. Tampoco las sociedades de pescadores planifican suficientemente su gestión piscícola, a excepción de alguna como la de Santa Comba. Tienen pocos socios en comparación con las fuertes asturianas y reciben escasas ayudas (unos 200.000 euros en el 2009, más 80.000 en permisos de pesca), a pesar de que el sector mueve unos 160 millones de euros por temporada en Galicia, según cálculos de Francisco Hervella, de la Consellería de Medio Rural, que estima en 2.000 euros de media lo que cada cañista invierte en licencias, material, viajes y estancias para pescar en Galicia.

Pese a la tormenta por el declive y los recortes salmoneros en Asturias, no se llegará a la veda total, como decidieron hace dos años los navarros con sus esquilmados cotos trucheros, sin mejoría alguna, según el biólogo Javier Álvarez. Medio Rural retrasa la apertura del salmón en el Eo al 1 de mayo. «Eso le vendrá muy bien al río, porque si seguimos quitándole los mejores salmones, podemos quedarnos sin juveniles», asegura Jesús Latas, biólogo responsable en Lugo.